martes, 12 de julio de 2011

Ausente...





Supongo que mi unica amiga,la que suscribe mis cartas y a la vez la unica persona que me ha visitado en este siniestro lugar, se preguntara, cual es el motivo de mi largo silencio...
Estas ultimas semanas, he estado tocando fondo. Todo empezo de un modo muy tonto, como sabreis la orden gubernamental para fumadores, no se ha extendido a los centros siquiatricos, y los que llevamos años aqui, hemos llegado a disfrutar de ese "pequeño vicio"incluso en nuestras habitaciones.
Pero como las dosis de Metanfetamina, o otros farmacos, a menudo me producen diferentes reacciones, una tarde me dormi profundamente, con la desgracia de que mi cigarrido cayo sobre la cama, originando un incendio, del que sali con ligeras quemaduras, casi milagrosamente, pues la habitacion quedo inservible, y el fuego se extendio por la galeria.
Una vez sofocado el fuego, y tras permanecer en la enfermeria un par de dias, fui llevado al despacho del director, una vez alli, este me comunico que no me iva a sancionar, pero eso si . nunca bajop ningun concepto podria volver a fumar en esa institucion.
Al principio me parecio una medida, muy buena incluso blanda, acostumbrado, a esos terribles castigos, que acostumbran hacerme cumplir.
Pero pasados unos dias, el no poder echar mano de ese "pequeño vicio", mis nervios empezaron a sentir su abstinencia...es cierto que mis venas estallan de tanto farmaco, pero esos cigarrillos alivian en parte sus efectos, o por lo menos eso es lo que a mi me parece.
Asi pues, consegui que uno de los retrasados de la galeria Sur, me pasara un cigarrillo, y me perdi por ese lugar llamado jardin, que mi buena amiga sabe bien que nada tiene que ver, con uno verdadero...me escondi tras unos trastos inservibles, que reposan tras el edificio, mil desechos que duermen un sueño eterno, entre el polvo, la herrumbre y las ramas y hojas secas.
Acabava de encender el cigarrillo, cuando un celador, desde una ventana me vio, yo absorto en mi pequeña y particular fiesta, no me di cuenta, de que en segundos estaba rodeado de cuatro brutos de bata blanca, fui literalmente derribado en el suelo, mi cigarrillo se perdio, entre las piedrecitas bajo mis pies, quise escapar de aquellos bestias, y fue peor, cuanto mas luchaba mas me duros y violentos se ponian, al final la aguja traidora, acabo conmigo y cuando desperte, lo hice en uno de los agujeros, atado a su silla, en el centro de una mugrienta celda acolchada, la silla atornillada al suelo, manos y pies con grilletes, la silla metalica, con un horrendo agujero en el centro, y colgado de él un recipiente de acero. Como unica ropa una bata de hospital atada por detras y mi vientre oprimido por una cinta de cuero tambien collada a la horrenda silla. Al despuntar el dia,se abria a mis espaldas,la pesada puerta, se me retiraba el recipiente de acero, y se cambiaba por otro. Tres veces al dia, se volvia abrir, la pesada puerta para traerme, una asquerosa comida, como mis batidos particulares de farmacos, tanto una cosa como otra, se me administraba, quisiera o no, ya que mis manos no fueron liberadas, mientras duro mi encierro.
Cuando el castigo termino, fui literalmente arrastrado hasta mi habitacion, y alli permaneci sumido entre tinieblas hasta esta mañana, en la que mi mente empieza a discernir entre lo real y la pesadilla vivida durante estas ultimas semanas.
Asi pues te hago llegar mi nueva misiva, y intento que comprendas el por que de mi ausencia, creo que ha sido mas que justificada.