jueves, 5 de mayo de 2011

Mi rincon...



Por fin me hallo en mi habitual encierro, como he comentado alguna vez, no es un bello lugar, pero llevo tanto en él que ya es algo mio, asi que de alguna forma me siento almenos mejor en cualquier otro lugar de este centro.

De nuevo esas cuatro paredes, con la unica nota de color, obtenida de la puerta de hierro de un color verduzco, donde la mirilla se ha ido gastando hasta adquirir, su primario color, de tanto mirar atraves de ella. Esto ultimo hace mil años que no lo hago...total ¿para que? ahi fuera siempre hay lo mismo una pared de color blanco , bueno lo que fue blanco, al igual que mi cuarto, necesita un mano de pintura con urgencia, pero se que eso no va a pasar. Lo segundo que quita la monotonia de la estancia es la ventana, con gruesos barrotes, tras una ventana de vidrio antigolpes. En esos detalles, si que estan al dia....Lo que veo desde dentro no es gran cosa, pero ahora en plena primavera, los arboles estan frondosos y el triste banco, se ve menos solitario, mas halla los muros...la soituacion de mi cuarto no permite que los rayos del Sol penetren, algo que en verano se agradece, aparte de ahorrarme la luz solar, cosa que odio a muerte.

El resto es bien poco una cama de hierro, un colchon jodidisimo, con una ropa de cama, que ni os imaginais, una mesita en ella algun libro, una silla que va y viene por la estancia, amenudo permanece frente a un tabla adosada a una de las vacias paredes, ese detalle se lo debo a Alfredo, él me la instalo por un modico precio, me costo muchisimo conseguir ese lujo, lo necesitaba para mis dibujos y escritos...bueno esa es otra historia, pues ese instrumental solo lo puedo utilizar cuando ellos,los de las blancas batas me lo permiten, pues cuando ando en crisis, esas cosillas se convierten en potencia en armas.

En un lado de la habitacion, un panel semioculta, una pequeña pileta con un grifo que gotea continuamente y un inodoro sin tapa, en condiciones bastante precarias.

Visto asi, no parece un buen rincon, pero es mi rincon y cuando me dejan estar en él, es mi pequeño mundo, donde de alguna forma me siento a ratos un hombre libre, aun estando encerrado por tiempo indefinible.