sábado, 23 de abril de 2011
Un mal dia...
Hoy tengo uno de esos dias inolvidables, se que voy a terminar con mi cabeza conectada a esos electrodos, que pèrforan mi cerebro.
Me he levantado con mal pie, todo a mi alrededor me parecia mas hostil, mas dañino. Incluso he tenido un mal momento con Hector uno de mis celadores, realmente el unico con el que me siento algo mas tranquilo.Pero hoy ni tan siquiera con él, he podido refrenar mis violentos instintos.
No queria desayunar, pero casi he sido arrastrado al comedor, ,una vez alli, he recojido un cafe con leche digno de un real colico y me sentado solo en una esquina de una de esas largas mesas..sin mirar a nadie, intentando que a la vez nadie mi mirara. Precisamente,para no liarla, para no provocar algo fuerte, sabia que era uno de esos dias...pero como siempre, ha sucedido lo inevitable, Alfred uno de los retrasados,ha pasado por mi lado y empujandome ha vertido con el golpe, mi taza de cafe, este se ha derramado sobre mis pantalones, el liquido caliente ha atravesado la burda la tela de mis vaqueros, llegando el calor a mi pierna, lo que ha provocado mi estallido de furia, le he dado un fuerte golpe en la cara, alguien ha querido salir en su defensa y tambien ha acabado entre mis manos, cuando los guardianes me han separado ambos pacientes tenian sangre en el rostro, pero la cosa no ha terminado ahi, pues he conseguido soltarme y he empezado a correr por la sala, golpeandome a mi mismo con cada una de las columnas, que aparecian a mi paso...terminando en suelo, dolorido, sangrando y aturdido.
Entonces han llegado refuerzos y tras inmovilizarme, un enfermero me ha inyectado un fuerte calmante.
Han pasado 12 horas desde el desafortunado incidente y en este momento voy custodiado por dos fuertes celadores camino de la sala de terapias. Hasta este momento, he permanecido atado a una silla fija, con una mugrienta camisa de fuerza en alguna de las celdas acolchadas, ya ni las reconozco, todas me parecen la misma, creo que he sido inquilino de todas ellas. Recorriendo el camino hasta mi destino, pienso que mi infernal maquina me espera, apenas estare, conectado durante unos minutos pero son momentos tan atroces ....realmente siempre he pensado que esa terapia no sirve para nada, es simplemente una forma de castigarme.
Aveces me siemto mas tranquilo, o mejor dicho mas atontado, tras una de la sesiones, pero al cabo de unas horas vuelvo a ser el mismo loco de siempre, solo que aun, con mas odio dentro de mi.
lunes, 11 de abril de 2011
Y todo sigue igual...
Ya de nuevo frente a mi pc, en mi hogar, lejos de ese lugar tan siniestro y lleno de dolor, mi preparo abrir una nueva misiva de nuestro amigo "A", lo cierto es que me ha sorprendido, creia que algo habria cambiado y como soy de natural pesimista, pense que tras mi visita su ritmo de correspondencia, iva a suspenderse o incluso acabarse.
Pero no ha sido y ahora mismo tengo entre mis manos uno de esos impersonales sobres blancos, que contienen los escritos de nuestro amigo...la abro y transcribo...
Que ha pasado?
No recuerdo cuanto llevo dormido o simplemente inconsciente por el batido de farmacos que el medico jefe de sala me ha hecho administrar.
Tengo la sensacion, de haber vivido algo ajeno a este lugar, a este encierro que poco a poco me va minando, dejando en mi secuelas que nunca se van a borrar. Una sensacion que no acabo de recordar, pero no creo que sea un sueño.
Solo recuerdo que ayer al caer la tarde, tuve una terrible crisis, y que fue tan violenta mi reaccion que termine atado a esa silla que odio en el centro de una de las mas malolientes celdas acolchadas. Se que estan hartos de mi, pues cuando tienen la sensacion de que algo en mi cerebro se arregla, todo se desmorona y vuelvo al profundo pozo en el que me encontraba cuando entre, en esta Institucion.
Ahora cuando, han soltado mis ataduras y retirado la silla, me encuentro estirado sobre un colchon sucio y deteriorado, al igual que las paredes, cuanto mal pueden hacer simplemente las uñas de un humano cuando entra en colera, y mas si esa colera esta regida por la locura...
Mirando hacia el techo, intento recordar, me llegan imagenes, una sala medio iluminada, y una conversacion con alguien, cuya forma de hablar me hacia alejarme de todo este mundo, tan sordido tan brutal. Pero mi enfermo cerebro y el tratamiento tan reciente que he recibido, no me ayudan a recordar nada mas. Se que algo nuevo, me ha sucedido, pero no puedo saber mas...solo se que entre las voces de mi enferma mente, esas que nunca me abandonan resuena una distinta que me dice que he sido de alguna forma libre durante un espacio de tiempo. Que he sido yo mismo, sin mentiras, sin tranquilizantes, y algo aun mas extraño, durante ese espacio de tiempo las voces cesaron, me abandonaron.
Que triste existencia, es esta que no me permite, ni tan siquiera disfrutar de algo real, porque se que ha sido real, pero no recuerdo mas...espero poco a poco recordar lo que me ha sucedido. Oigo pasos tras la blidada puerta de hierro, se que vienen a por mi, mas torazina o algo pero una sesion de electroshocks, tengo que relajarme o por lo menos hacerle creer que esa es mi situacion, la terapia de choque es la que esta acabando,con lo que queda de mi pobre cerebro.
domingo, 3 de abril de 2011
La visita (tercera parte)
Absorta en mis pensamientos,el ruido de la puerta al abrirse me sobresalto, en el umbral una figura delgada de una estatuta media, me observaba, literalmente fue empujado a entrar por un celador. Su paso era inseguro y no pude ver su rostro pues, se acerco hasta la mesa con la cabeza clavada en el suelo...el celador me indico que si algo no andaba bien o daba por terminada la visita, oprimiera un pulsador que se hallaba bajo la mesa, justo donde yo me sentaba. Terminada la corta explicacion , me dejo sola con ese hombre sin rostro...
El silencio se podia cortar, tuve la sensacion de que hasta me faltaba el aire...tenia que romper el momento, si no las cosas no llegarian a buen termino.
Sin mirarle, imitando su forma de comportamiento, me presente lo hice, sin tomar aire, asi tras darle mi nombre le solte simplemente, el motivo de mi estancia entre esos muros, él sabia de sobras, el porque de mi visita, ya que al principio se nego rotundamente a ello.
Tras mis palabras, siguio el silencio, siguio durante unos minutos sin levantar el rostro, empezo a hablar, lo hizo tan bajito, que sus palabras se perdian entre la distancia que habia entre los dos.
Dude, en decirle que no le oia, pero temi irritarle, me habian advertido de sus momentos violentos. Lo cierto es que, no sentia miedo por mi, sino por que mi mision no llegara a buen termino.
Asi pues, saque mi pequeño aparato de gravacion, lo puse sobre la gastada mesa y `pulse el boton de arranque, vi como lo miraba y por fin su rostro se enfrento al mio, era un rostro delgado, sus rasgos eran hebraicos, nariz aguileña, labios gruesos muy perfilados, con un matiz algo grisaceo, pero lo que mas me impagto fueron sus ojos, eran de un color increible, negros pero con unos matices azul cobalto, su cabello negro algo largo, sin peinar, le daba un aire casi artistico enmarcando ese rostro dificil de olvidar, dado la fuerza de sus rasgos.
Su mirada estaba algo perdida, como si entre sus ojos y los hubiese una nube invisible.
Solo habian pasado unos segundos entre la puesta en marcha de mi gravadora y ese minimo contacto visual, pero parecia, haberse congelado el tiempo. Tenia que empezar la entrevista, realmente estaba, todo planificado en mi mente, pero esa presencia me habia roto los esquemas, no esperaba encontrar alguien con tanta fuerza, alguien cuya aura era tan visible para mi. Creo que él noto, al mismo tiempo esa, llamesmole perdida de mis papeles, pues con un tono ironico y una voz algo quebrada, me dijo que él tenia todo el tiempo del mundo, pero suponia que yo ademas de entrevistarlo tendria otras cosas que hacer en ese mundo exterior, que para él a esas alturas era un auntentico desconocido.
Fueron esas palabras , las que me sacaron del pozo ipnotico en el que habia caido y le pregunte para empezar cuanto tiempo llevaba ahi encerrado. Se paso, la mano derecha, por sus cabellos, alborotandolo aun mas, tenia unas manos delgadas y sus dedos largos proporcionados, observe sus uñas algo rotas, uno de sus dedos tenia una tirita que debida haber sido blanca, pues estaba francamente sucia. Miro al techo y a la impertinente luz que pendian sobre los dos y mirandome dijo, que ya ni recordaba cuanto llevaba entre esos muros, pero hacia mucho,suponia que era un adolescente y en el presente decia tener unos cuarenta años. Me comento que los recuerdos eran algo muy dificil para él pues la mayor parte de veces, no sabia si eran ciertos o simplemente correspondian a sus lucubraciones mentales, y que dichos estados, tenian ademas un añadido, pues estaba seguro que la medicacion y las terapias que le administraban eran tambien causantes de esas lagunas en sus recuerdos.
La entrevista ya estaba en marcha y una corriente alterna empezo a funcionar entre los dos, ya sin tituvear, le pregunte la razon de su confinamiento...
Parecio, perderse entre sus pensamientos y se agito en su silla, temi que mi pregunta acabara con el buen ritmo que habiamos iniciado, pero tras unos minutos de silencio se lanzo hablar. Curiosamente, lo hizo de un modo que a mi me parecio festivo, pues simplemente me dijo que era "chico malo", cuando yo sonrei, me dijo subiendo un poco el tono de voz..."malo, pero malo". Le pregunte si le molestaba hablar de ese tema y me dijo algo que, me dejo desconcertada, me pidio que revelaria esa parte de su vida, si le iva a visitar en mas ocasiones, fue una sorpresa para mi pues él precisamente habia sido el causante de la demora para darme los permisos pertinentes, hasta llegar a ese Hospital.
Pense que realmente era una excusa para que terminar la entrevista y asi deshacerse de mi, pero por el contrario, empezo hablar de su encierro, de los lugares que habia recorrido en esa institucion, lugares que casi formaban parte de un recorrido que se iva repidiendo segun su estado cerebral. Asi conocia celdas alcolchadas, casi todas ellas, las mas viejas con sus paredes de indefinibles colores, hechas girones, de suelos frios y pestilentes, cuyas puertas de hierro poseian unas diminutas ventanillas tambien cerradas, desde donde de vez en cuando era examinados como si de un bicho raro se tratara. Celdas de confinamiento tambien pero situadas en las nuevas plantas del Hospital,limpias de un blanco que casi dañaban sus ojos...habitaciones pequeñas, grandes sucias, limpias, antiguas, modernas pero todas ellas con un denominador comun las rejas el aislamiento del Mundo exterior. Habia momentos de "vida social" esos momentos eran los mas odiados por él, pues no soportaba estar junto a los locos, los dementes, él se veia a si mismo diferente, le molestaba el parloteo incesante de muchos de ellos, frases sin sentido, aveces a media voz, otra con gritos delirantes. No soportaba los programas de la vieja TV. colocada en lo alto de una pared, cubierta en casi su totalidad de manualidades,obras de algunos pacientes...como si de una guarderia infantil se tratara. Habia otros momentos atroces para él, obligados necesariamente, como eran el almuerzo y la cena, compartir aquellas largas mesas con sus compañeros, era algo que le hacia perder el apetito. Solia comer poco y guardarse el postre generalmente una gelatina o una pieza de fruta, que comia relajado en cualquier rincon donde estuviera solo, y si por casualidad tenia permiso para salir al jardin aquello se convertia en un festin.
Salir al jardin o al patio interior era algo dificil, no siempre te daban ese permiso, y él era de los que menos disfrutaba de ese privilegio, pues sus ataques de furia, de rabia, acompañados de su natural rebeldia le tenian amenudo en situacion de aislamiento.
Despues de ese aislamiento, y tras los duros tratamientos con farmacos y demas terapias, su estado fisico rallaba en la casi nulidad de sus impulsos. Era entonces, cuando podia asistir a las terapias de grupo, casi obligadas, pero que en raras ocasiones él estaba presente. Se sentaba ahi en una dura silla junto a otros pacientes, y escuchaba bueno, mejor dicho hacia ver que escuchaba, cuando llegaba su turno, nunca habria la boca, él para el sicologo que llevaba este partado en el Hospital era un autentico problema, llegando incluso a sentirse defraudado, como terapeuta.
Me sentia tranquila escuchandole, yo apenas hablaba, él iva soltandose, de una forma casi inverosimil, me habian hablado tanto de su mutismo frente a los extraños...
Enfrascados en sus vivencias, apenas nos dimos cuenta de que el tiempo de la visita habia pasado, la puerta de la sala se abrio y dos celadores vinieron a por él...su semblante cambio y un osco gesto marco su rostro,incluso adverti que el azul cobalto de sus ojos se habia acerado y oscurecido, alargue mi mano para estrechar la suya, pense que reusaria hacerlo, pero no solo lo hizo, si no que me pregunto si volveria, mas sorprendida aun le conteste, que si conseguia los permisos pertinentes, volveria no una vez si no mas, aun teniamos mucho de lo que hablar...
Me quede sola en aquella sordida sala, el silencio parecia envolverme...recoji mi gravadora la guarde en mi bolsa y sali desandando el camino acompañada por un enfermero,que abriendome la reja del pasillo se despidio de mi friamente.
Atravese el vestibulo y sali al jardin, no quise mirar atras..me sentia algo triste, pero a la vez satisfecha, aquella visita habia sido una autentica sorpresa para mi.
Tendria que esperar algun tiempo, no se cuanto para reanudar nuestra conversacion, faltaban tantas cosas, habian quedado, un sin fin de preguntas sin responder. Queria adentrarme en el alma atormentada de aquel ser, y fue entonces cuando me di cuenta de algo extraño, aun no conocia su nombre, volvi a releer los documentos que el Hospital me habia enviado para realizar mi trabajo de investigacion, y de nuevo me encontre con un apellido y solamente una inicial..."A" . Lo cierto es que no conocia su nombre, pero "A" ya no era un desconocido para mi.
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